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Las traineras, un deporte en peligro de extinción que deposita su esperanza en las categorías femeninas

Ante esta falta de cantera Luis Novoa, veterano del remo cántabro advierte, "si no metemos jóvenes en la trainera, esto se acaba"
Traineras | Foto: Daniel Martínez
Traineras | Foto: Daniel Martínez

El sonido de los remos golpeando el agua ha marcado el ritmo de generaciones enteras en la costa cantábrica. Desde hace siglos, las traineras han surcado las aguas del Cantábrico, primero como herramienta de trabajo y, más tarde, como símbolo de identidad y competición. Sin embargo, las nuevas generaciones no parecen estar dispuestas a recoger el testigo de esta tradición y cada año es más difícil encontrar tripulaciones completas. 

«Se está perdiendo la tradición porque hay que trabajar más en la cantera. Si no metemos jóvenes en la trainera, esto se acaba», advierte Luis Novoa, uno de los veteranos del remo cántabro​.

A finales de los años 60 el número de regatas de traineras experimentó un gran crecimiento. En esa época se crearon muchos clubes, especialmente en Cantabria y el País Vasco. Sin embargo, esta tendencia al alza ha comenzado a frenarse en estos últimos años. En 2024, la ARC-2, la tercera división del remo en traineras, apenas pudo contar con 7 embarcaciones, muy lejos de las 18 que compitieron en 2018.

Luis Novoa lo tiene claro, «si no empiezas desde abajo, desde bateles y juveniles, no puedes garantizar que haya suficientes remeros para la trainera»​.

Explica que muchos clubes no están consiguiendo que los niños y adolescentes se enganchen al remo, y asegura que “si no trabajas la cantera desde alevines hasta juveniles, la progresión se corta y no hay remeros suficientes para el futuro”​.

Mientras que los clubes buscan estrategias para atraer a los más jóvenes, la falta de remeros sigue siendo una amenaza latente. Frente a esta pérdida de afición, Luis Novoa reflexiona sobre la esencia de este deporte: «Es un deporte de sacrificio, pero también de mucha recompensa. La sensación de remar en equipo, de sentir el mar y competir al máximo nivel, es incomparable».

Este descenso de equipos es alarmante. En los años 90, el número de clubes de trainera estaba en crecimiento, pero en la última década el número ha caído en algunas zonas, como Guipúzcoa y Cantabria​.

El impulso del remo femenino

Sin embargo, en medio de esta crisis, las traineras femeninas están experimentando un gran crecimiento. Laura Villabrille, remera del Club de Mar de Castropol, asegura que “este año estuvo mucho mejor que el anterior, hay más femeninas y más nivel. Antes costaba mucho que hubiera competiciones femeninas, pero ahora está creciendo»​.

La primera participación femenina en traineras de la historia fue en 2003, concretamente en el Descenso de Cabo de Cruz. Sin embargo, esta prueba no era exclusiva de mujeres, y tampoco era oficial, por lo que se considera que la primera regata de traineras femenina tuvo lugar en 2005, cuando se celebró la Bandera Txingudi-Eguneko en Hondarribia.

A pesar de que el remo femenino siempre ha estado a la zaga del masculino,  “no solo en traineras, en todos los deportes en general” como declara Villabrille, en los últimos años ha ganado terreno. En Galicia, por ejemplo, el número de equipos femeninos “ha aumentado considerablemente”, afirma y, «creo que poco a poco iremos igualándonos a los hombres».

El ascenso de las regatas femeninas en todas las provincias está siendo lento, pero constante en la última década, gracias a la apuesta de los clubes de remo en esta categoría. De hecho, competiciones como la Liga Euskotren (máxima división de las competiciones femeninas). han ayudado a profesionalizar las traineras femeninas, ofreciendo una competición estable para las remeras​.

Historia de las traineras

El origen de las traineras se encuentra en la pesca tradicional. Estas embarcaciones, de entre 12 y 13 metros de eslora, fueron diseñadas para alcanzar gran velocidad y regresar con la captura lo antes posible. De hecho, el término trainera proviene de traína, una red de fondo usada para la pesca de la sardina​.

Las primeras menciones escritas sobre las traineras datan de la década de 1820 en Ondarroa, pero no fue hasta el siglo XIX cuando las regatas como tal comenzaron a popularizarse. Al principio, estas competiciones se realizaban en festividades locales, con premios que consistían en dinero o en la bandera de la localidad organizadora​.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la competición se consolidó en localidades como San Sebastián, Bilbao y Santander. En 1943 se creó el Campeonato del Cantábrico, que unía regatas en varias ciudades. Al año siguiente, la Federación Española de Remo organizó el primer Campeonato de España de Traineras, consolidando el paso definitivo hacia la profesionalización​ deportiva de esta actividad que ahora agoniza.

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Traineras | Foto: Daniel Martínez
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