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Despoblados: Una España Vaciada

La despoblación como principal amenaza para los pueblos
Hombre sentado en un pueblo | Foto: Daniel Martínez Escudero
Hombre sentado en un pueblo | Foto: Daniel Martínez Escudero

Cada día hay más zonas rurales despobladas en España, pueblos que pierden vida, en los que las persianas de las ventanas permanecen cerradas y los parques, vacíos, no están llenos de niños que jueguen en ellos. Sin embargo, ¿por qué la única comisión del Senado de España que se ha reunido solo una vez en un año y medio ha sido la Comisión de Despoblación y Reto Demográfico? ¿Significa esto que no es un tema alarmante para la población?

España ha experimentado un importante crecimiento demográfico este siglo según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el reto demográfico. Entre el año 2001 y el 2019, la población del país ha pasado de 41.100.000 habitantes a 47 millones. Lo que supone un aumento de la población de casi 6 millones de personas, un crecimiento cercano al 15%. Sin embargo esta cifra esconde una realidad muy diferente, de los 8.131 términos municipales que hay España, 5.102 pierden habitantes desde 2001, y, en la última década, son 6.232. Es decir, tres de cada cuatro municipios pierden población en los últimos diez años.

Este fenómeno demográfico también es conocido como la “España vaciada”, término que se usa para hablar sobre el abandono que sufren muchas zonas rurales por diversos factores socioeconómicos, demográficos y culturales. Todo esto no solo afecta a las áreas afectadas, sino que también al resto del país, ya que se pierden tradiciones, patrimonio cultural y lo más importante, se degrada lo que significa el motor de todo un país, el campo.

España dispone de una alta cantidad de terrenos rurales, pero el problema es que cada vez menos personas habitan en estos lugares. Según datos obtenidos del INE, más de la mitad de los municipios españoles tienen menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, denominadas estas zonas como “áreas escasamente pobladas”. De este grupo, el 83,5% son municipios con menos de 500 habitantes. La población ha disminuido drásticamente en las últimas décadas, y muchos de ellos se enfrentan al fenómeno conocido como despoblación. Entre 2001 y 2017, el 61,9% de los municipios españoles perdieron habitantes, y el 46,8% de estos perdió entre el 10% y el 50% de su población.

Pueblo deshabitado | Foto: Daniel Martínez Escudero

En la segunda mitad del siglo pasado, comenzó lo que es la principal causa de este éxodo rural, la migración del campo a la ciudad. La búsqueda de querer tener más y mejores oportunidades, sumado al acceso a servicios básicos como la sanidad y la educación, influye en un gran porcentaje a los jóvenes de estas zonas a abandonar sus hogares de origen. Esto ha provocado que la edad media en los pueblos sea bastante alta, en donde la mayoría de los habitantes tienen más de 65 años de edad.

El impacto en los pueblos

La falta de habitantes en una zona rural deriva en múltiples consecuencias, como la falta de servicios básicos. Centros sanitarios, escuelas y comercios, entre otros, se ven obligados a cerrar por la escasez de usuarios, lo que dificulta aún más la situación y origina un círculo vicioso de abandono del que es muy difícil, por no decir imposible, salir. Además, se le suma el deterioro de las infraestructuras de las zonas, lo que aumenta la brecha entre el mundo rural y las ciudades.

Otro problema a tener muy en cuenta es la posible pérdida de patrimonio cultural y natural. En muchas de estas zonas existen tradiciones y celebraciones únicas y con muchos años de antigüedad que están en peligro de desaparecer. La falta de personas para el cuidado del entorno puede derivar en el abandono de las tierras agrícolas y bosques, aumentando considerablemente el riesgo de degradación del medio ambiente.

Los jóvenes en el mundo rural

Uno de los colectivos más afectados por este fenómeno es el de los jóvenes. La escasez de oportunidades tanto a nivel educativo como laborales en estas zonas ha obligado a muchos de ellos a tener que emigrar a las ciudades para buscar un futuro mejor. Según datos de Injuve, aunque ha habido un aumento significativo en el nivel educativo de la población rural, persisten grupos de edad con niveles educativos bajos. No obstante, las generaciones más jóvenes han alcanzado niveles de formación que se aproximan a los de la juventud urbana.

«Los jóvenes juegan un papel fundamental en el desarrollo de las áreas rurales de nuestro país y en asegurar su futuro»

En términos de empleo, la tasa de ocupación en áreas rurales es del 44,5%, inferior al 48,5% registrado en zonas urbanas. Asimismo, la tasa de actividad es menor en el medio rural (52,2%) en comparación con las ciudades (57,1%). Sin embargo, la tasa de paro es ligeramente inferior en áreas rurales (14,7%) frente a las urbanas (15,2%).

Los principales problemas a los que se enfrentan los jóvenes en el medio rural incluyen la ausencia de redes de comunicación, como internet con fibra óptica, lo cual limita la posibilidad de acceder a la educación a distancia o al teletrabajo. A esto se le suma que el mundo rural no da la sensación, en muchas ocasiones, de querer adaptarse a las innovaciones tecnológicas que existen hoy en día.

La falta de servicios públicos y actividades sociales también influye en la decisión de los jóvenes. “En los pueblos no hay tantas actividades para los niños, ni espacios como pistas de fútbol o parques. Eso hace que las familias se lo piensen dos veces antes de quedarse,” señala Iván Belloso. 

Pueblo deshabitado | Foto: Daniel Martínez Escudero

Esta migración de los jóvenes hacia las ciudades es una de las mayores amenazas para estas zonas que se encuentran en riesgo de despoblación. No obstante, pese a que muchos abandonan sus pueblos por falta de oportunidades educativas y laborales, el teletrabajo está fomentando un ligero repunte en algunas áreas. “Hemos visto parejas jóvenes mudarse al pueblo y viajar a diario para trabajar en la ciudad. Y después de la pandemia, muchas familias jóvenes han optado por mudarse a los pueblos, aprovechando el teletrabajo”, comenta la médico Yolanda Fernández.

Por otro lado, en los últimos años se han empezado a ver señales de cambio. Algunos jóvenes han decidido volver a sus hogares de origen, incentivados por la posibilidad de vivir una vida llena de tranquilidad, sostenible y conectada siempre con la naturaleza. Emprender en sectores como el turismo rural, la agricultura ecológica y las energías renovables está abriendo muchas puertas. Según una encuesta realizada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los jóvenes menores de 41 años que residen en el medio rural valoran positivamente su calidad de vida, otorgando una puntuación de 8,87 sobre 10. A pesar de todo lo anteriormente nombrado, son casos muy minoritarios y que necesitan apoyos institucionales para que puedan progresar y llevarse a cabo en un futuro no muy lejano.

Iniciativas y soluciones

Para acabar con el problema de la despoblación, se han propuesto varias estrategias desde diversos ámbitos. En el ámbito gubernamental, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia han nombrado y destacado la importancia de revivir las zonas rurales. Estas iniciativas buscan solucionar y mejorar los principales problemas que existen en estas áreas que provocan la mala situación por la que están pasando.

En el ámbito local, algunos municipios están ejerciendo medidas atractivas para obtener nuevos habitantes. Incentivos económicos, facilidades para la adquisición de una vivienda o ayudas para impulsar negocios son algunas de ellas. Uno de los aspectos claves y que pueden resultar como una solución primordial es la mejora de infraestructuras y servicio en este tipo de medios.

Un futuro por construir

Todas las medidas que se están realizando para acabar con la despoblación son de gran ayuda, pero se necesita aumentar el número de esfuerzos para garantizar no solo la supervivencia del mundo rural, sino también su futuro. Esto implica no solo invertir en infraestructuras, sino también exponer la percepción cultural y lo único que es vivir en estas áreas.

Para la sociedad, el hecho de recuperar los pueblos y el bienestar de los jóvenes en ellos debe ser un tema prioritario. Estos territorios no solo significan la esencia de España, sino que también son importantes para el desarrollo equilibrado y sostenible del país. Con la cooperación de todos, es posible acabar con la despoblación y crear una oportunidad para construir un futuro más justo y equitativo para todos.

Desafíos y perspectivas

La despoblación y el envejecimiento en zonas rurales significan grandes desafíos para España. Las escasas oportunidades en el ámbito laboral y educativo, y los pocos servicios básicos de los que disponen incitan a los jóvenes a emigrar a las ciudades en busca de un futuro más prometedor.

Para disminuir estos problemas, es de vital importancia incorporar políticas públicas que impulsen el desarrollo económico y social en estas zonas. Además, es fundamental adaptar las ayudas y legislaciones a las necesidades específicas de cada zona.

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Hombre sentado en un pueblo | Foto: Daniel Martínez Escudero
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