Cada 28 de julio, la ‘Tierruca’ celebra una de sus jornadas más especiales, el Día de las Instituciones de Cantabria. En esta cita, se conmemora la aprobación de las Ordenanzas de Cantabria de 1778, firmada en la localidad de Bárcena La Puente (actual Puente San Miguel). De este modo, la región se sumergió en una forma propia de autogobierno, la llamada Junta General de Cantabria. No fue hasta el 4 de octubre de 1993 cuando el por aquel entonces alcalde raposiego, José Manuel Becerril, expuso una propuesta para convertir esta fecha en una celebración institucional, la cual fue aceptada de forma unánime. Desde ese año, la Casa de Juntas recoge un festejo que a través de actuaciones folclóricas, deporte regional o un mercadillo de productos autóctonos, recuerda aquel día donde se construyó la identidad cántabra.
En las Ordenanzas de Cantabria, estaban recogidos 48 artículos en los que se redactan las principales competencias y componentes de lo que sería el nuevo gobierno de la comunidad. El documento original está presente en la Biblioteca de Santander. En los veinte primeros artículos, se dividía el territorio cántabros en Departamentos, cada de uno de ellos con una cifra de diputados equivalente a sus jurisdicciones. Del mismo modo, los vecinos de cada Departamento elegían a dos Diputados Provinciales que defendían sus intereses en la Junta General. Además, dentro de la composición del gobierno se encontraba un Diputado General (principal representante de la provincia), un Asesor Jurídico, el Ministro (convocante de la Junta) y el Secretario.
Los artículos posteriores recogen varios aspectos como el orden público, feriados, defensa o presupuesto. También queda registrado el control en la difusión y el guardado de la documentación, al igual que la correcta ejecución de lo estipulado en las normas. Los dos artículos finales están dotados de alta significancia, puesto que el penúltimo hace referencia a la hipotética admisión de otros concejos y jurisdicciones al conjunto de Cantabria. El último, por su parte, buscaba la aprobación de las Ordenanzas por parte del Reino, algo que nunca se llegó a consumar.
Acto de este 2025
El programa institucional comenzó a las 12:30 h con la interpretación de la canción “Así Cantabria nació” por el grupo Sones de la Robleda. A continuación, la presidenta regional María José Sáenz de Buruaga, acompañada por su homóloga en el Parlamento, María José González Revuelta, izó la bandera regional al son de “Viva la Montaña”, a cargo del grupo de gaitas La Montaña.
Buruaga, en su discurso, enfocado inicialmente en una línea más nacional, criticó el llamado «cupo catalán», anunciando que Cantabria se opondrá a tal privilegio al atentar contra los principios constitucionales de igualdad y solidaridad. En sus propias palabras, la aplicación de esta medida puede desencadenar en una pérdida potencial de 600 millones de euros al año. Asimismo, la presidenta aseguró que la región se encuentra en una «línea ascendente».
Este año, el actor torrelaveguense Antonio Resines fue nombrado como Merino Mayor. En sus palabras, resalta una frase que nombró en más de una ocasión: «La unión es lo que nos hace más fuertes”. En el resto de su intervención, Resines compartió el llamamiento a la cohesión realizado por Pablo Diestro. El alcalde de Reocín destacó la importancia del 28 de julio como momento para recordar “de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde queremos ir juntos”. Tras agradecer que la fecha siga siendo festivo regional, instó al resto de figuras institucionales a dejar atrás la política de enfrentamiento, apelando a la unión de los cántabros.