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La energía nuclear gana protagonismo tras el apagón: ¿Es esencial para evitar futuros inconvenientes?

España es el octavo país de Europa con más reactores por millón de habitantes, con 0,15

El reciente apagón que dejó sin luz a España y Portugal ha reavivado el debate sobre el papel de la energía nuclear, dada la influencia que esta tiene en la seguridad del suministro eléctrico. Mientras las causas del incidente aún se investigan, la falta de generación síncrona y la alta penetración de renovables intermitentes han sido señaladas como factores clave en la vulnerabilidad del sistema.

La energía nuclear destaca por su alta eficiencia tanto técnica como económica. Los reactores nucleares operan a plena capacidad durante la mayor parte del año, con factores de capacidad superiores al 90%, lo que implica que generan electricidad de manera constante y fiable. Además, los costes operativos son relativamente bajos una vez que las plantas están en funcionamiento, y la vida útil de las centrales puede extenderse más allá de los 40 años con el mantenimiento adecuado.​

En comparación con otras fuentes de energía, la nuclear ofrece una producción estable y predecible, sin depender de condiciones meteorológicas como el sol o el viento. Esto la convierte en una opción atractiva para garantizar el suministro eléctrico continuo y evitar fluctuaciones de precios en el mercado energético.

Fuente de energía verde

En un movimiento controvertido, la Comisión Europea incluyó en 2022 a la energía nuclear en su listado de actividades sostenibles, clasificándola como una fuente de energía verde. Esta decisión se basó en evaluaciones científicas que consideraron que la energía nuclear contribuye a la mitigación del cambio climático, al no emitir gases de efecto invernadero durante su operación.​

La inclusión de la energía nuclear en la taxonomía verde tiene grandes implicaciones para la financiación de proyectos nucleares, ya que permite canalizar inversiones hacia esta tecnología en el marco de los objetivos de sostenibilidad de la UE. Sin embargo, la decisión también ha generado críticas por parte de algunos estados miembros y organizaciones ecologistas, que cuestionan la gestión de los residuos radiactivos y los riesgos asociados a la energía nuclear. Por ejemplo, Greenpeace cuenta con un espacio dentro de su web donde recogen que «la energía nuclear no tiene cabida en un futuro seguro, limpio y sostenible«.

Reactores nucleares en España

España cuenta actualmente con cinco centrales nucleares en operación, que albergan un total de siete reactores con una potencia conjunta de 7.400 MW. Estas centrales son: Almaraz (I y II), Ascó (I y II), Cofrentes, Vandellós II y Trillo.​

Sin embargo, el país ha experimentado un proceso de reducción de su parque nuclear en las últimas décadas. Centrales como José Cabrera-Zorita, Santa María de Garoña y Vandellós I han sido cerradas y están en proceso de desmantelamiento. Además, existe un calendario acordado para el cierre progresivo de las centrales nucleares restantes entre 2027 y 2035, en línea con la política energética nacional que apuesta por una transición hacia fuentes renovables.

Fuentes de energía síncronas

El apagón del 28 de abril de 2025 evidenció la importancia de contar con fuentes de energía que proporcionen estabilidad al sistema eléctrico. La energía nuclear, al ser una fuente de generación síncrona, aporta inercia al sistema, lo que ayuda a mantener la frecuencia y la estabilidad de la red eléctrica.​

Expertos como Alfredo García (@operadornuclear en redes) han señalado que la falta de generación síncrona, debido a la parada de algunas centrales nucleares por motivos económicos y fiscales, dificultó la contención del desequilibrio eléctrico durante el apagón. Además, países con una fuerte base nuclear, como Francia, pudieron ayudar a restablecer el suministro en España gracias a sus mecanismos de respuesta rápida ante perturbaciones en la red.​

Las fuentes de energía síncronas, como la nuclear, están conectadas directamente al sistema eléctrico y giran en sincronía con la frecuencia de la red (50 Hz en Europa). Esto les permite proporcionar inercia al sistema, es decir, la capacidad de resistir cambios bruscos en la frecuencia y mantener la estabilidad del suministro eléctrico.​

En contraste, muchas fuentes renovables, como la solar fotovoltaica y la eólica, están conectadas a través de inversores electrónicos que no aportan inercia de forma natural. Esto puede hacer que el sistema sea más vulnerable a perturbaciones si no se implementan soluciones técnicas adicionales, como sistemas de almacenamiento o controladores avanzados.

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